|
Los antiguos “hacedores de puentes” ponti fex, pontífices, nada sabían sobre estática pero construyeron obras que asombran por su belleza y por su presencia.
El conocimiento intuitivo, llamando de algún modo lo que ignoramos, nada explica. Más pertinentes resultan las preguntas de T. S. Eliot: “¿donde está la sabiduría que perdimos con el conocimiento?”; “¿dónde esta el conocimiento que perdimos con la información?”, ¿perdidos o eclipsados? Este trabajo pretende trazar un camino, no un método sino una actitud, que sugiera una respuesta. La substancia de la complejidad humana (su capacidad de conocer/amar) son las palabras; el diálogo, su modeladora. “En el principio fue el Verbo…” cita Buber al apóstol Juan. Al diálogo Yo - Tú con las “formas inteligibles” respondemos “creando formas”, “…He aquí la fuente eterna del arte: a un hombre se le presenta una forma que debe ser fijada”. Acto que envuelve un sacrificio: “la infinita posibilidad inmolada en el altar de la forma”. La belleza es un epifenómeno resultante del inefable encuentro Yo - Tú con la esfera de las ideas. Este camino podría ser útil para la enseñanza/aprendizaje de la Arquitectura/Ingeniería Estructural. Se incluye una breve introducción a la filosofía buberiana dado que la palabra primordial Yo - Tú se encuentra, actualmente, distorsionada por una cultura que privilegia las cosas (Ello) y la competencia (des-encuentro). |